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Arquitectos: Supersterz, .tmp architekten
- Año: 2014
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Fotografías:Krischner & Oberhofer
Descripción enviada por el equipo del proyecto. El festival de arte contemporáneo y cultura, "Steirischer Herbst", es un festival nómada, que se establece cada año en un lugar vacante diferente en la ciudad de Graz, Austria. En 2014, ocupó un palacio barroco, que en el momento era utilizado principalmente como sede de la policía, con un Centro de Detención de migración adyacente.
La intervención introducida por Supersterz + .tmp architekten amplifica el leitmotiv del festival - "prefiero no ... compartir": Equipa el centro del festival con una brillante segunda fachada, plegada desde la calle a través de un pasaje, cercando su propio patio trasero en el patio de la manzana. Este gesto limítrofe aislante es al mismo tiempo un sistema de orientación, que atrae a la gente vinculándolos en el espacio - creando así una ambivalencia que refleja la contradicción de esta sede policial cargada con el uso positivo como centro del festival.
La naturaleza de un patio trasero es muy a menudo una reconfortante - la guarida de los pequeños burgueses, el último recurso de libertad, que permite el libre ejercicio de los rituales y hábitos personales. El conocimiento, las herramientas y el compromiso se comparten sólo con personas de ideas afines, no con un público más amplio.
Cosas similares parecen ocurrir en el patio del festival: Abriendo el espacio e invitando a varios protagonistas de diferentes comunidades de patios traseros, se inicia un experimento de lo informal, una idealización de la clandestinidad: Un lugar con sus propios códigos y reglas que evoluciona. Garajes detrás de metal corrugado, combinados con objetos encontrados de cobertizos o patios de almacenamiento, pintan una imagen inclinada entre el diseño intencional y el de mala calidad que ya es un hecho.
Para los espacios interiores, reminiscencias del patio trasero se ponen en el palacio barroco: Materiales y métodos de construcción reconocidos de los cobertizos o marquesinas y sillas diferentes de monobloque blancas funcionan como muebles para el piso del bar, la cafetería y la sala de danza temporales.
En esta configuración del festival, las fronteras entre los visitantes y los protagonistas del patio trasero se diluyen, creando una interacción intensiva y permitiendo gran diversión. La presencia de la sede de la policía, sin embargo, se convierte en un recuerdo latente de que este paraíso exclusivo es algo completamente diferente: una realidad construida, una fortaleza de los patios traseros.